11 febrero 2006

¿Qué haremos con los venerables de la Real Academia Española?

Luego de un buen número de años haciendo corrección editorial me queda claro que hay que tomar lo bueno que tengan y perdonarles el resto.

Con frecuencia me ha pasado que mientras reviso algunos escritos, especialmente los técnicos, voy al RAE y me llevo la sorpresa de que algunas palabras no aparecen. Y se trata de algunas que son de uso común en el medio. ¿Entonces, agrego un error a la lista? Bueno, he procurado que mi proceder resulte de promediar la suma del pragmatismo, el estilo editorial del medio para el que trabajo, mi experiencia y conocimiento literarios y la propuesta del diccionario. Eso quiere decir que en ocasiones le hago caso a la RAE y elimino el término del documento proponiendo otro que sí acepte el diccionario. Pero en otras ocasiones dejo el término original a pesar del RAE, sin ninguna culpa y seguro de que será entendido y tomado como bueno. En ambos casos creo que actúo correctamente.

La razón fundamental de actuar así radica en mi comprensión de la función que juega el idioma: es un medio de comunicación, punto (artística, legal, cotidiana, formal, como se vea). Si la comunicación se ve favorecida con ciertas palabras, hemos cumplido.

¿Quiere decir que puedo usar las palabras que quiera y escribirlas como se me antojen? En cierto modo eso quiere decir. Sólo que si pretendes extender tu comunicación a un círculo amplio, debes asegurarte de que todos te entenderán igual. Eso impone la limitación de recurrir sólo a la gramática, la sintaxis, el léxico, etc. convencionales en tu círculo.

Ahora bien, el idioma va varios pasos adelante de la formalización. Por eso siempre los diccionarios están desfasados de la realidad. En realidad un diccionario es una fotografía que nos dice cómo era el idioma en cierto momento pasado. Tal como las fotos de nuestras identificaciones a las que, aunque cambiamos, seguimos pareciéndonos suficiente para que nos reconozcan en ellas (y nadie alega que la foto prevalece sobre la persona). Y es que cuando cambiamos suficiente nos tomamos otra foto: ¡nunca se nos exige una cirugía para parecernos a la foto original!

El diccionario es una instantánea que nos sirve de referencia. Nos dice que en cierto momento de la historia la convención o lo aceptado es que esta palabra significaba esto y aquella palabra significaba lo otro. Normalmente esa referencia nos seguirá siendo útil un buen tiempo... pero no todo el tiempo o, para decirlo más exactamente, no en todos los casos. Y lo sabré yo que he tenido que corregir cada documento.

Te sugiero como ejercicio que eches un vistazo a Estadounidense vs. americano, aquí mismo a unos metros y un clic.

Estadounidense vs. americano

César Fernando Zapata escribe en su blog respecto a ese tema. Su conclusión es usar americano porque así lo entienden. Lee al respecto en: "El país que lo tiene todo... menos un nombre"
Yo doy aquí una respuesta puntual a su escrito, entrecomillando las palabras de César:

"Primero, ¿cómo se determina el gentilicio de cualquier país. Como regla, generalmente se usa el nombre OFICIAL de cada país"
No sé de dónde obtienes esa regla; es claro que el gentilicio se relaciona con el nombre o el topónimo de una nación, pero de ahí a que tenga que ser el nombre oficial, como que no. Y para muestra unos ejemplos de naciones que como Estados Unidos, usan otro idioma diferente del español:
-Japón: Su nombre oficial significa "el origen del sol"; en japonés se designan tanto "Nippon", utilizado en sellos y en eventos deportivos internacionales, como "Nihon" más comúnmente dentro de Japón. La versión occidental y castellana, Japón, proviene del nombre chino, aunque no es el nombre oficial.
-Holanda: En realidad se trata de los Países Bajos, nación cuya región más importante se llama precisamente Holanda. Así que el país es conocido no por su nombre oficial sino por el de una región occidental del país.
-Inglaterra: Su nombre oficial es Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y como que sacar un gentilicio de él está en chino.
-República Dominicana: Su nombre oficial es ese, ¡que ya incluye el gentilicio!

"Así, por ejemplo, a los ciudadanos de los Estados Unidos MEXICANOS, les llamamos MEXICANOS. A los ciudadanos de la República Federativa de BRASIL, les decimos BRASILEÑOS. A los ciudadanos de la Commonwealth of CANADA, les decimos CANADIENSES. A los súbditos del Reino de ESPAÑA les decimos ESPAÑOLES".
Exacto, “les llamamos”; habría que preguntar si todos les llaman así.

"Esto es un convencionalismo universal. ¿De acuerdo?"
Por lo ya visto en los ejemplos, ni es convencionalismo ni estamos de acuerdo, aunque sí en el hecho de que esto se trata de convencionalismos.

"Entonces, si a los ciudadanos de los Estados Unidos Mexicanos les decimos 'mexicanos' (no estadounidenses, no estadounidensesmexicanos, sino simplemente mexicanos, usando la última palabra del nombre oficial del país), lo lógico es que a los ciudadanos de los Estados Unidos de América les digamos "americanos". ¿No?"
Aquí es donde la línea de argumentos se tuerce. Hablamos de convencionalismos, de usos y costumbres y ahora resulta que lo que sigue se deduce lógicamente. Pero con la lengua no puede hacerse eso; si bien muchas reglas siguen cierta lógica, las excepciones son mayoría, de otra manera no enseñaríamos la gramática como lo hacemos, sino matemáticamente, para aprenderla por inducción.

"Por principio, los nombres de países los ponemos nosotros los humanos. Y por lo tanto, son imperfectos. No son ciencias exactas".
¿No habíamos quedado en que seguiríamos la lógica? Ahora resulta que todo se basa en una situación inexacta. Con todo, la imperfección no da excusa para la imprecisión, que es de lo que se trata la lengua. Debe ser precisa para que se entienda lo que se dice. Puede el idioma ser un ente ilógico, voluble, etéreo o despeinado, pero debe ser preciso. Si no habrá que recordar los muchos malentendidos en los que nos hemos visto envueltos porque no se dijeron las cosas como se debía, o porque la manera de decir dio lugar a que alguno malinterpretara.

"Por ejemplo, ¿cuántos nombres tiene Alemania en distintos idiomas? Germany en inglés. Allemagne en francés. Tedesco en italiano, Nyemetz en ruso, etc., etc. Muy distintos al nombre oficial que los propios alemanes se dan: Deutschland".
Gracias. Agrego lo anterior a la lista de ejemplos al inicio.

"Cuando un español decía 'Voy a América' se refería a Nueva España (México). O al Río de la Plata, o a Perú o a la Gran Colombia, o a Cuba. Pero cuando un inglés decía 'América' se refería a las colonias INGLESAS: Massachussetts, Nueva York, Nueva Jersey, Virginia, Carolinas, etc. O a Canadá".
Primero, me gustaría leer alguna fuente histórica que hiciera ese uso. Segundo, suponiendo, sin conceder, que tuvieras razón, eso explicaría el origen histórico del asunto, pero no lo convertiría en regla. Si ese fuera el caso, para las discusiones bastaría remitirnos a la historia para darlas por zanjadas.

"'Pero no pueden llamar los gringos a su país "América" porque así se llama el continente', me alegaba un amigo una vez".
Pues pueden llamarlo como se les pegue la gana. Aquí el alegato no es cómo se les ocurrió a ellos, sino cómo es correcto referirnos a él entre nosotros de manera que todos sepamos sin confusiones de qué hablamos. Eso quiere decir que si en cierto círculo todos le dicen "el gabacho" o "el otro lado" y saben a qué se refieren, está bien y nada tiene que ver con lo que pensarían los fundadores o los peregrinos. Claro, que si quieres usar esos mismos términos fuera de ese círculo, ya no va a funcionar. Por eso debemos tener un apelativo más generalmente aceptado, uno que sea correcto incluso si en la plática charlan un canadiense, un mexicano y un estadounidense.

"No es la primera vez que pasa. Por ejemplo, los ecuatorianos llaman a su país Ecuador, a pesar de que no es el único país que está en el Ecuador. Muchos otros países, como Brasil, el Congo, Guinea Ecuatorial, o Kenia podrían criticarlos y decirles que ellos son tan 'ecuatorianos' como los sudamericanos".
El símil no es exacto, porque esos países no están en el ecuador; esta es una línea imaginaria que pasa por ciertas regiones del planeta. En todo caso la línea del ecuador es la que está en esos países. Ahora bien, con los ecuatorianos no hay problema porque nadie reclama ese gentilicio, ni hay forma de confundirlo con ningún otro. Y además, nadie argumenta que vive en la línea ecuatorial ¡en un sitio virtual! En cambio aquí estamos hablando de un trozo de tierra bastante grande, que conocemos como América y estamos hablando de que cuando dices americano más vale que te ayude el contexto porque si no no va a quedar claro a qué te refieres.

"Otro ejemplo: La Ciudad de México, el Estado de México y México, el país, comparten el mismo nombre. Y nadie se confunde (aunque a los del Edomex les digan 'Mexiquenses' y a los del D.F. defeños, capitalinos o 'chilangos', que para muchos suena feo)".
Este caso también es ligeramente distinto porque nunca los de la Cd. de México reclaman que se les llame mexicanos, ni lo hacen los del Estado de México. Ya se sabe que cuando alguien dice "mexicano" se refiere al natural del país. ¿Por qué lo sabe? Por que es un convencionalismo aceptado que no se presta a confusiones. Y si confundes es que no has vivido ni en el EdoMex ni en el DF.

"De todas formas, decirle a los gringos 'Americanos' está tan extendido en todo el mundo, que en muchos idiomas decir 'América' equivale a decir 'Estados Unidos'. Y la gente de esas lenguas tiene otras palabras, muy distintas, para nombrar a Sudamérica, o Centroamérica".
Me gustaría tener algunas fuentes que muestran eso. Es muy fácil alegarlo si se mueve uno en un círculo cercano a los Estados Unidos. "Tan extendido" se me hace, por decir lo menos, exagerado. Además, no es una cuestión de mayorías, estamos hablando de si decir americanos es claro para todos los que hablamos. Si no lo es, la expresión es imprecisa, y por tanto incorrecta.

"Incluso el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española admite este significado como correcto. Si usted busca la palabra 'Americano', le saldrán estas definiciones: 'Natural de América. // Perteneciente o relativo a esta parte del mundo. // ESTADOUNIDENSE (aplícase a personas naturales de este país)".
Buen punto, aparentemente. Eso me hace recordar las muchas ediciones del diccionario de la RAE en la que aparecía "Méjico" y no México. Y también en los años que tardaron en incluir "cantinflear" y otras. En mis años de editor he tomado siempre la RAE con suficiente respeto pero con reservas. Y mira que he visto decenas de términos que no aparecen en ese lexicón que, sin embargo, yo he tenido que tomar como correctas por la fuerza del uso en el medio para el que trabajaba.

"Yo por lo pronto, uso las palabras que sé que la gente me va a entender. Porque son las que todos usan, aunque a una minoría no le gusten. Así que para todo efecto práctico, 'Americanos' son gringos".
Qué curioso, primero era una cosa de convencionalismos, luego algo lógico, luego el argumento fue histórico, y ahora ¿estás diciendo que has dicho todo lo anterior para combatir a los que actúan por gusto? Por otro lado, tu conclusión, aunque parece una lastimosa claudicación (como si tus argumentos anteriores no tuvieran suficiente fuerza), tiene algo de razón: Usa las palabras con las que te van a entender. Es decir, habla correctamente para que te entiendan... a ver, prueba decir americano a cualquier nativo de América, o escribirlo en un medio de difusión extendida y me dices qué ocurre.

10 febrero 2006

¿Por qué México no paga directamente la deuda con sus reservas?

Según mi entender, las reservas no es simplemente dinero que nos sobra y que puede usarse para los gastos del diario. En realidad cumple varias funciones, una de ellas es dar certidumbre a los mercados. Por ejemplo, si hubiera amenazas de una fuerte devaluación el Banco de México, como tiene un guardadito, puede vender dólares, es decir, aumentar la oferta de esta moneda buscando que disminuya de precio (ya sabes, si hay mucho de un bien se abarata, porque no tienes necesidad de pagarlo caro ya que puedes ir a otros muchos lados a comprarlo); así, un inversionista que piense en poner sus recursos en México se siente tranquilo porque hay fondos para hacer frente a contingencias.

El problema es que el Banco de México no guarda nomás el dinero que le sobró al gobierno; de hecho nos cuesta tener las reservas. Pongamos un caso: Pemex vende de más este año y obtiene una ganancia de 1Gd (je, mil millones de dólares, o ¡un gigadólar!); pero nuestro país se maneja en pesos, así que va al BM y se los cambia; así el BM adquiere dólares y paga con pesos a Pemex. Ya tiene dólares, pero ¿de dónde salieron los pesos que le dio a Pemex? Uno podría pensar que eso es fácil porque el BM tiene la maquinita para imprimir billetes... ah, pero no puede imprimir dinero cuando quiera, porque si hay demasiado circulante aumenta la inflación (ya sabes, si hay muchos billetes y monedas, todo mundo tiene dinero de más y procura gastarlo; como hay más compradores, los vendedores pueden aumentar el precio de sus productos porque saben que hay quién se los pueda comprar). Okeis, el BM tiene que pagar pesos a Pemex pero no puede hacerlo imprimiendo arbitrariamente dinero fresco; entonces lo que hace es endeudarse para que otros le den los pesos que necesita para comprar los dólares de Pemex.

Así que ahí tienes al BM endeudándose para poder comprar dólares y tener reservas... y no puede dejar de hacerlo porque las necesita para darle certidumbre al mercado. Caray, qué problema. Aunque lo que sí puede hacer es proponerse sólo tener las reservas necesarias (cantidad acerca de la cual hay mucha discusión).

Ahora bien, ¿qué tiene que ver la deuda en este asunto? Pues si el gobierno quisiera pagarla tendría que conseguir dólares para hacerlo (y es que la deuda está en dólares, pero el gobierno lo que tiene son pesos). ¿Qué necesita el gobierno para ello? Que le sobre dinero, que le sobren pesos para comprar verdes. No, las reservas no es dinero que le sobre al gobierno, sino que son eso, reservas. La manera en que al gobierno le puede sobrar, por decirlo de alguna manera, es teniendo un superávit; es decir, tener más ingresos que egresos. Esa es la manera sana de hacerlo.


En conclusión, cuando haya superávit hablamos, ¿de acuerdo?

09 febrero 2006

Mass media entumecedora

Ser el primero lo es todo en el negocio de la información, porque ser profundo es un lujo que se da el que tiene tiempo. Así que la noticia te golpea, la comentas un poco y comienzas a hacerte una idea de su significado, pero antes de mucho ya están repitiendo la misma nota hasta el hartazgo, con el típico diálogo entre el presentador y el reportero en el sitio:

Presentador: Ahora nos enlazamos con Fulano Reportero, que se encuentra en el sitio de la noticia. ¿Cuéntanos, Fulano, qué han informado las autoridades sobre esta persona que se robó una patrulla en Tanzania? Sabemos que actuó solo y que no ha causado daños aparentemente. ¿Qué han dicho las autoridades al respecto?

Reportero: Pues sí, Presentador, estamos a las afueras de las oficinas de la policía y se nos ha informado, como bien lo dices, que un hombre, al parecer actuando solo, por su cuenta, se robó una patrulla; hecho inusitado aquí en Tanzania. No se han registrado daños hasta ahora y las autoridades se han limitado a informarnos que el ladrón de patrullas actuó sin ninguna ayuda, solo.

Presentador: ¿Y se tienen pistas de la identidad de este hombre? ¿qué sabemos de él? ¿no contó con ayuda en este robo? y ¿cómo es posible que se robe una patrulla en Tanzania?

Reportero: Sabemos que el hombre actuó solo, se desconoce su identidad y sus motivaciones. Sólo se ha informado que robó una patrulla y que nunca había ocurrido algo semejante...

Y así hasta la náusea.

Ese es el ruido informativo que impide escuchar el análisis. No por nada soporto a CNN sólo los primeros 2 minutos, cuando leen los titulares.