18 marzo 2006

Desnudo, pero no tanto... y ¡no me copien!

Ayer recibí la bienvenida al equipo del Instituto de Investigación y Geociencia (IIG, GRI en inglés) de la Universidad de Montemorelos y mi jefe me encargó trabajar precisamente en el site del instituto. Yo le sugería que también hiciéramos una revista y un foro, porque los temas de creacionismo se prestan bien al debate; precisamente difundir el enfoque científico del creacionismo es la médula del propósito del IIG. Ya luego platicaremos un poco más de eso, pero por lo pronto voy a lo que me ocupa ahora. Digo, ya llegaste aquí con la promesa del título, lo menos que puedo hacer es ser un buen ciberanfitrión y dar rienda suelta a la tecla. Vamos, pues.

Resulta que le digo a mi jefe que podemos pensar en tener un blog del instituto, que es la moda, que medio mundo tiene uno, que puede ser interesante y todos esos argumentos para hacerlo. Él nunca ha oído nada de nada de los blogs y cuando le cuento de qué se trata se espanta y se pone a la defensiva. Pienso que en parte se debe a que mi definición fue pobre por intentar ser simple; le dije que se trataba de un diario público (lo cual ya comienza por ser de alguna manera contradictorio, ¿verdad?). Supongo que él, científico al fin, pensó que era algo excéntrico y medio absurdo andar exihibiendo las intimidades que suele tener un diario. Lo que sí tengo cierto es que le preocupó la posibilidad de ser plagiado.

Es que le cuento que algunos blogs son muy consultados en el área tecnológica y científica, porque los gurúes suelen expresar en ellos algunas de sus ideas, de sus propuestas o reflexiones sobre tendencias. Él me dice entonces que uno no podría poner lo que se le ocurre hacer próximamente porque alguien le puede robar la idea (claro, habría que abstenerse de tal cosa; no está bien mostrar todas las cartas, ni en el amor, ni en el juego ¡ni en los proyectos científicos!)

Luego nos saltamos a la cuestión de cómo hacer que nuestra producción de artículos, investigaciones, etc., pueda ser difundida sin ser plagiada. Yo ya no le dije nada pero pensé, ah, el santo grial de la autoría reconocida y protegida. Si las grandes corporaciones son pirateadas con la mano en la cintura, qué se espera de nuestro insignificante trabajo original... aunque nuestra protección muchas veces es la poca relevancia que nos conceden; ser marginal también puede ser bueno, ¿eh?

Desde luego, habría que comenzar por discutir la idea de los radicales de la información abierta, que pregonan que finalmente el saber es todo patrimonio de la humanidad y no hay razón por la que los beneficios de su aplicación deban limitarse a su autor. Después de todo, uno no es autor original de cada pieza, pues se la debe a alguien, a la cultura, al clima, a lo que sea.

La idea es fascinante, pues descansa en el supuesto de que en un ambiente libre de ataduras la información se autogestiona. La internet puede citarse como un caso de éxito (al menos parcial) frente a, digamos, la tv... lástima que no vivimos en un mundo perfecto y siempre hay quien ve más un río revuelto para pescar que una red autogestionada.

Seguro estás pensando que esto se relaciona con la globalización. Pero, contra lo que la gente piensa, ése es un fenómeno inicialmente económico que no tiene que ver con las masas sino con los estados. Curiosamente en el terreno social lo equivalente a la globalización no ha producido la eliminación de las barreras sino la atomización de los pueblos (tan paradigmático es el caso que esto suele denominarse balcanización). Y en el terreno político ni EE.UU. ha logrado homogenizar a las naciones que considera su patrimonio; por el contrario, el espectro se ha ido desparramando (mira cómo en Latinoamérica resurge la izquierda en las más diversas variedades posibles).

De modo que sí, internet democratiza algo la información y la masifica a poco costo. Mi conclusión, algo que seguiré platicando con mi jefe, es que definitivamente hay que aprovechar la internet aunque añadiendo las mejores medidas que podamos para un correcto manejo de nuestra información... al mismo que tiempo que adoptamos la postura estoica y resignada de quien sabe que no hay seguro imposible de traspasar y que nomás pensada y hablada, una idea puede, en este estado de cosas, casi valerse por sí misma y correr y volar y acabar posada quién sabe en cuántos escenarios imposibles de predecir. Y en ese caso al menos nos quedará la secreta satisfacción de haberle dado su primer aliento de vida.

Ya les contaré cómo me va en esas charlas.

06 marzo 2006

Sólo pedicure materno

Las uñas de las manos crecen alrededor de dos veces más rápido que las de los pies. Hay lugares donde te hacen pedicure (o pedicura), un nombre elegante para decir que te cortan las uñas de los pies y te las dejan muy monas y barnizadas.
Creo que es raro qye alguien te corte esas uñas, a menos que sea tu mamá cuando eres niño.